Historia de Faber-Castell

La historia de Faber-Castell es un apasionante relato de trabajo y visión empresarial, pero además es una interesante historia familiar que generación tras generación han luchado por la supervivencia de la empresa.

A día de hoy, la compañía pertenece a la misma familia y es gestionada por la novena generación desde su fundación.

Origen

La empresa nace en 1671 de la mano de Kaspar Faber en la población de Stein, Alemania. En sus inicios es un humilde taller de carpintería en el que Kaspar fabrica lápices y otros útiles de escritura que posteriormente vende en mercadillos.

Fábrica Faber-Castell. Fuente: www.dw.com

Es su hijo, Anton Wilhem Faber quien al tomar el mando de la empresa, la bautiza definitivamente con el nombre de A.W Faber. Anton además expandió el negocio comprando terrenos y haciendo crecer la producción.

Las generaciones posteriores

El hijo de Anton, Georg dirige la empresa entre 1788 y 1839 en un período convulso en el que apostó por mantener las tradiciones. No obstante, envió a sus hijos Lothar y Johann a conocer nuevos países y con ello, nuevos materiales y técnicas.

Lothar, al ser el hijo mayor, asume la dirección de la fábrica entre 1839 y 1896. Es bajo su mando que la empresa consigue el prestigio internacional fundando empresas y sucursales en Nueva York, Londres, París, Viena y San Petersburgo.

Además, adquirió una mina de grafito en Siberia con lo que aseguró una fuente segura del mejor grafito que se podía encontrar en aquellos tiempos y convirtió a la empresa en la mejor fábrica de lápices a nivel mundial.

Fue tal el éxito que la familia Faber obtiene en este período que Lothar Faber es nombrado Caballero de por vida en 1871, en reconocimiento a su servicio que fue considerado determinante para la sociedad y la economía de la época.

La quinta generación de la familia Faber al frente de la empresa corre a cargo de Wilhem Von Faber. Desgraciadamente falleció joven a los 42 años, dejando una viuda y tres hijas. Habñia tenido dos hijos que murieron en la infancia.

Esta circunstancia hizo que el anciano Lothar tuviera que volver a ponerse al frente de la compañía hasta su muerte, momento en el que su nuera Bertha se hizo cargo de la empresa.

Llega el siglo XX para Faber-Castell

Lothar en su momento dejó indicado en su testamento que sus sucesores debían de llevar el apellido Faber.

La heredera en este cambio de siglo era Otillie, su nieta mayor. En 1898 Otillie se casó con el conde Alexander Graf zu Castell-Rudenhausen , pasando a ser los condes Faber-Castell, según los deseos del abuelo Lothar.

Otillie y Alexander, los condes Faber-Castell. Fuente: www.cronista.com

Así nace la marca Faber-Castell

De este modo, el conde Alexander asume las riendas del negocio en 1900 hasta su muerte en 1920 cuando lo sucede su hijo Roland.

Son tiempos turbulentos de guerras y muchos cambios sociales en los que Roland von Faber-Castell dirige la empresa durante los siguientes 50 años.

Tras la muerte de su padre el conde Alexander, el conde Roland von Faber-Castell (1905-1978) se hace cargo de la empresa. Dirige la empresa durante cincuenta años a través de tiempos turbulentos.

El siguiente en tomar posesión de las riendas de la empresa es el conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell quién estuvo al mando hasta su fallecimiento en 2016.

Fue el responsable de realizar cambios en la metodología de trabajo de la empresa y de instaurar un compromiso ecológico que sigue vigente a día de hoy.

Todos los productos son elaborados utilizando procesos sostenibles y materiales ecológicos. un ejemplo de ello es que la empresa solo utiliza madera de un bosque de su propiedad en Brasil. Es un proyecto de reforestación y conservación que consiste en plantar sus propios árboles en zonas que sufrían deforestación.

Incluso se utilizan los desechos de la producción de lápices para abonar el suelo.

La actualidad de Faber-Castell

Desde el año 2017 la gerencia de la empresa corre a cargo de una junta directiva, pero la familia sigue al frente de la empresa con la que es la novena generación de la familia Faber-Castell.

A día de hoy es una marca muy reconocida en Alemania, donde es común aprender a escribir con lápices y plumas de esta marca. Su fama de materiales de altísima calidad en sus productos de escritura y dibujo es internacional.

Tal es su potencia empresarial que su caso se estudia en la Universidad de Harvard, en la que analizan cómo una empresa creada en 1671 ha sobrevivido a través de los siglos sin realizar grnades innovaciones enfocándose principalmente en su producto principal: el lápiz.

Detalle de producción de lápices. Fuente: www.faber-castell.es

Faber-Castell actualmente elabora más de 2.000 millones de lápices de madera por año, lo que le convierte en el mayor fabricante de lápices mundial.

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